"En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros" 1 Juan 4:10, 11
Siempre estamos hablando acerca del amor. De lo mucho que tenemos. De lo mucho que nos hace falta. De lo mucho que le hace falta al mundo. Sobre todo por estás fechas, el amor es el tema principal. Sin embargo, el amor es más que tarjetas, regalos, mails y saludos. El amor no es simplemente un sentimiento o una palabra. El amor tiene que ver con entrega, con despojarse de uno mismo y del egoísmo. Amar es DAR, es ENTREGAR. Amar es dar el primer paso. Es hacer algo sin esperar a cambio. Jesús nos dió ejemplo. El se dió a si mismo, y nos amó primero.
Sin Dios en nuestro corazón y sin haber recibido primero de El, el amor se queda en palabras y sentimientos que desbordan un día, y al siguiente escasean como agua en el desierto. Sin Dios, el amor demanda. Con Dios el amor da. Es Dios el que nos capacita cada día a dar un amor que nos supera a nosotros mismos y que va más allá de lo natural y posible. El ser humano puede dar amor sólo hasta un límite: El mismo. Cuando nos topan a nosotros, perjudican o dañan, se acaba el amor. El amor que Dios da es incondicional, sin límites, un amor que construye y que levanta. Un amor que piensa en el otro, antes que en uno mismo. ¿Que clase de amor es el tuyo?
Con amor,
Sebastián y Yesenia Benalcázar
No hay comentarios:
Publicar un comentario