Hay una historia de un soldado que persiguió y atrapó al caballo desbocado de Alejandro Magno. Cuando devolvió el animal al general, Alejandro le agradeció diciendo: "Gracias Capitan". Con una sola palabra el soldado fue promovido. Cuando lo dijo el general, el soldado lo creyó. Se presentó ante el comandante, seleccionó un nuevo uniforme y se lo puso. Fue hasta el cuartel de los oficiales y eligió una cama. Se dirigió al comedor de los oficiales y comió.
Porque se lo dijo el general, él lo creyó. Ojalá hiciésemos nosotros lo mismo. ¿Esta historia es la tuya? Puede ser. Todos los elementos son los mismos. Ojalá que tomásemos en serio a Jesús. Al igual que en los cielos, debemos aprender que lo que El dice, eso ocurre.
Cuando Jesús diga hemos sido perdonados, descarguémonos de la culpa.
Cuando diga que valemos, creámosle.
Cuando diga que somos eternos, enterremos nuestro temor.
Cuando diga que ha provisto para nosotros, dejemos de preocuparnos.
Cuando diga: "levantate", hagámoslo.
Con amor,
Sebastián y Yesenia Benalcázar
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